martes, abril 13, 2010

La lesbofobia mata

Esta realidad, al menos la realidad de algunas mujeres lesbianas de Argentina, de clase cada vez más pobre, se parece bastante a una película de terror de esas que te tienen en el filo de la silla todo el tiempo. En esas ficciones las protagonistas, van de sobresalto en sobresalto y cuando intentan descansar, porque todo parece en calma, se encuentran con el asesino y todo el miedo vuelve a empezar.
9 de abril de 2010 Buenos Aires. Se casan dos mujeres de 67 años. Los medios de comunicación hacen algunas referencias al tema. Dos mujeres grandes, sin el consabido estereotipo de lesbiana top, aparecen por unas horas en la tv y en los diarios. Un suspiro, un escalón más en escalera de los logros, un descanso, un sí quiero, un sí puedo.
7 de marzo de 2010 Córdoba, un mes antes, del otro lado de la balanza, el insoportable peso de otra muerte. Otra más, ¿Cuántas van? Natalia “Pepa” Gaitán fue asesinada por ser lesbiana, por amar a otra mujer, por desear lo indeseable, por ser lo que no se debe. El padrastro de su novia le puso fin a su vida de un tiro por la espalda. Murió desangrada esperando la ambulancia.
La muerte de Natalia llegó en esa escena en dónde la felicidad comienza a aparecer y el futuro aparenta estar muy cerca. La muerte de Natalia llegó justo cuando ella y su novia comenzaban una vida juntas, cuando su novia y ella proyectaban una familia, sí una familia, dos mujeres en la mesa, dos mujeres en la cama, dos mujeres en las calles, dos mujeres en la lucha cotidiana. La oscura realidad de Natalia y su novia no fueron un film taquillero o una imagen fácilmente olvidable, fue el inevitable destino escrito por una mano siniestra que no por casualidad eligió como protagonistas a dos mujeres, lesbianas , argentinas y pobres.
Natalia no llegó a ver la noticia de las dos mujeres que se casaron después de 30 años de convivencia, una bestia asesinó sus sueños.
Domingo 11 de Abril paseo de la diversidad sexual Rosario Un grupo de mujeres lesbianas feministas, nos reunimos a conmemorar la muerte de Natalia Gaitán, la gente iba y venía, algunos preguntaban ¿quién es Natalia? ¿Qué le pasó a Natalia?
Otros sacaban fotos a la bandera multicolor, otros sonreían de costado al leer “Rosario es Lesbiana”.
Éramos muchas denunciando, exponiendo, para que nunca más vuelva a ocurrir para que la felicidad no sea motivo de odio.
Mientras el sol se alejaba dibujando el atardecer sobre el ancho río en los asientos del paseo dos chicas se besaban con amor, con ganas, en libertad, en medio del bullicio dominical.

Gabriela Lorenzo.

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