jueves, enero 25, 2007

Madre hay una sola, menos mal!

Chubut Enero 2006

Macabro hallazgo

Convivió 2 años con su hija muerta en la cama

Una mujer de sesenta años fue internada en un neuropsiquiátrico de la ciudad de Comodoro Rivadavia luego de que la Policía comprobara que convivió durante dos años con el cadáver de su hija, que estaba momificado en una precaria vivienda del barrio Ceferino Namuncurá. La joven tenía 20 años se llamaba Susana.

Pobre Susanita antes de convertida en momia debe haber tenido que soportar la violencia y la locura de su madre.

Pobre niña que vida habrá tenido.

Imagino las muchas madres que se habrán espantado con los morbosos detalles, que jamás faltan en noticias así.

Imagino a muchos y muchas haciendo observaciones al respecto. De seguro lectores y lectoras guardaran unas pocas horas esta horrible información y a seguir “no hay que llorar que la vida es un carnaval…”

La gran mayoría de mujeres, que se espantan con estas noticias, no se dan por aludidas, no se sienten tocadas en su maternidad, se sienten ajenas y muy buenas, en comparación con la enferma mujer que acabó con la vida de su hija y la eternizó a su lado.

A lo largo de la historia y a cada segundo miles de madres “momifican” psicológicamente, de manera sutil y con todas las herramientas de la cultura, a niñas que luego serán madres.

De manera armoniosa, de manera natural y con la aseveración contundente e indiscutible de: “es por tu bien” se va filtrando por los cuerpos de las mujeres lo que se debe hacer.

Así tenemos hijas que permanecerán solteras eternamente, desde luego sin quererlo, para cuidar y hacerse cargo de sus padres hermanos y familiares.

Hijas que se casaran con hombres que no aman ni desean y se verán forzadas a soportar un matrimonio por motivo similares a los de la soltería.

Hijas convertidas en confidentes, amigas y psicólogas de sus madres, quienes cuentan con lujos de detalles, las tropelías cometidas por el tipo con el que noche a noche duermen tranquilas, convirtiendo a sus hijas en cómplices de la victimización de la madre santa.

Madres que visten a sus nenas con atuendo prostibulario y las venden al mejor postor, o las llevan a la tele o a castin de agencias de modelos.

Madres todopoderosas que ante el mínimo atisbo de lesbianismo de sus hijas desbaratan la jugada con el discursito de: “una vida normal es una vida feliz” y muestran que tan linda es la vida junto a un hombre y lo bien que le va a las mujeres “normales” y/o amenazan con enviarlas a pasar una temporada a un hospital psiquiátrico, porque, aseguran que sus hijas están enfermas y hay que curarlas.

Madres que repiten una y mil veces los rituales secretos de la felicidad simulada, madres que rezan, madres que obligan a abortar, madres que obligan a parir, madres que cierran sus ojos ante la inminente realidad de convivir con un violador, madres que obligan a vivir y permanecer en este mundo solo para que ellas no sufran.

Las madres de las madres de las madres han impuesto a sangre y fuego lo que a ellas les han impuesto a sangre y fuego, cualquier método es válido a los fines de evitar el goce pleno, la felicidad y la libertad de las mujeres

La imagen de una joven momificada y su madre desquiciada manteniendo a su hija muerta durante dos años dentro de su casa es solo el extremo, rodeado de detalles morbosos e inflado por la prensa, solo hay que mirar bien a nuestro alrededor, oír con atención los discursos de las mamis, navegar un poquito dentro de historias familiares y no tardará en aparecer, como una sombra desdibujada, la madre momificadora que con técnicas milenarias y no menos agresivas van convirtiendo a las niñas en objetos a merced de su amor maternal.

lunes, enero 22, 2007

Maternidad y omnipotencia

Vuelvo al tema de la maternidad porque es el tema eje en el psicoanálisis y en la vida cotidiana. Porque todas nacemos de madres, mujeres y ese vínculo, para bien o para mal, se convierte en indisoluble. Nadie se puede divorciar de su madre y hacerle un juicio por los estragos causados. Así se ha ido conformando una sociedad nacida de mujeres, educada y moldeada por mujeres. El discurso heteropatriarcal ha sido transferido mayoritariamente por mujeres en el marco del cotidiano y cálido seno hogareño.

Las mujeres estamos marcadas por el omnipresente mandato maternal, se nos ha metido muy dentro del lenguaje, de la piel y de nuestras mentes.
La sociedad mira con ojos alucinados a las madres, la venera, la idolatra.
La maternidad vuelve a las mujeres más bellas más luminosas, más jóvenes, más santas, desde luego porque la maternidad vendría a justificar el soberano revolcón que las mujeres tuvieron exactamente nueve meses antes de convertirse en esa magnifica figura digna de adoración y respeto. La enorme panza vendría a ser el árbol que tapa el bosque de lujuria, la noche de sexo, gemidos, eyaculaciones, contorciones placer y sudor que dan origen a la criatura.

Las madres son omnipotentes, soberbias e indiscutibles. Cómo para no serlo! han tenido el poder de crear un ser humano, lo han mantenido con vida a través de su sangre, le han construido párpados y luz en los ojos, le han hecho riñones, dedos piernas, sexo hasta cerebro. Los han traído al mundo a través del dolor, y esto estará presente en cada bocanada de aire que el ser respire, para no olvidar jamás que tan grande ha sido la entrega hacia el hijo-hija amada. Con este discurso gobernaran la vida entera de su amada cría.

Así pues las mujeres andamos por la vida con la carga indiscutible del deber ser. No importa si en ese deber ser quedan deseos truncados. Lo importante para el sistema es que las mujeres seamos funcionales. Parir y reproducir expandirse, generar hijos e hijas para la patria para la infernal maquinaria de la guerra, para el mercado de la prostitución, para el mercado de los medios, para el mercado de la droga, para alimentar al hambriento volcán que humea desde el nacimiento del sol.

Así pues sin darse cuenta la mayoría de las mujeres desea, con febril ansia, parir ser madre, ser poderosa, hacer una extensión de su cuerpo, una sucursal de sus anhelos en un cuerpito nuevo hecho a la perfección por su propio cuerpo, rellenarlo luego con sus ideas y sus ganas truncadas y ver andar su maravillosa creación.

A las mujeres el sistema, el que sostiene un discurso hegemónico, autoritario y absolutamente misógino les ha conferido un único poder, el de ser madres y a cambio de la abnegación y entrega les han regalado un alo de santidad al que nunca desearan renunciar.

domingo, enero 21, 2007

Cómo paso tanto tiempo, tanta primavera sin ninguna flor?

Las fiestas de Navidad, Fin de Año, celebraciones anteriores y posteriores todas rodeadas de comida, bebida, baile y jolgorio, mas el infernal calor que está haciendo por estos tiempos me han alejado de la Pc. Pero no de mis análisis exhaustivos en torno a la realidad lésbica.

Lejos estoy ya del mundo de la militancia por estas épocas. Me he cansado de tantas idas y vueltas y ninguna concreción. El sistema así lo ha armado, discusiones larguísimas, peleas intestinas, diferencias insalvables, todo para hacer lo que se debe quedarse quieta y no salir del enredo cotidiano. El sistema es un bicho inteligente que nos devora de a poquito la cabeza. Habiendo comprendido cómo funciona este macabro mecanismo he decidido ir hacia adentro de mis propias complicaciones antes de pretender construir con otras algo, que en realidad ni las otras ni yo sabemos bien que es. Me dedicaré pues, en estos tiempos, a definir mi propia forma de reproducir el sistema.

Me dedicaré, entonces, a generar mis propias teorías, que de seguro ni serán propias ni serán teorías, pero son, definitivamente, mi forma de creer en lo que creo, después de todo esto es la web y este es mi blog por lo que puedo decir lo que se me ocurra!

Lo mejor será saber que pasa con quienes me leen, lo mejor será volver a esa conexión con las otras que andan allí buscando y encontrando. Lo mejor es no claudicar nunca, aunque sea discutiendo conmigo misma o con las que pasen y lean.

Cariños para todas y en breve vengo con todo!!!!