domingo, diciembre 02, 2007

Ciega, sorda, muda

“che vos le dijiste a fulanita que yo soy lesbiana? Porque yo no le dije nada”….

Así arranca la cosa…¿vos hablaste? ¿Cómo te atrevés a hablar de mí?

¿Con que autoridad?, “…yo pensé que eras mi amiga, que podías guardar un secreto…”

“…Mi vida es privada yo se lo digo a quien considero…”

“…Me parece de jodida que andes diciendo cosas de mi intimidad…”

Verdad a medias, tal vez nunca se haya abierto la boca para decir fulanita o menganita es lesbiana, solo se juzga por portación de antecedentes.

En la ciudad en la que vivo todo se sabe hasta lo que no se sabe.

En realidad decir “fulanita” es lesbiana, “sultanita, menganita” parece que también, son todos supuestos que no son injurias, ni mentiras, son supuestos fácilmente desmentibles, fácilmente realizables.

Cómo se tejen estos supuestos se tejen otros idénticos en relación a las relaciones heterosexuales pero que siempre guardan algún resquemor de escándalo, por ejemplo que fulanita que era novia de menganito sale ahora con el mejor amigo de él.

La cuestión de los dimes y diretes siempre, inevitablemente, está en relación al escándalo a aquello que “no debe decirse” y que por puro placer se dice y se divulga. Esto está en manos, mejor dicho en bocas, de los que hacen al entorno de quien comete la supuesta infracción.

Para bien o para mal ese entorno dice y ese decir corre como pólvora.

El caso del que me voy a ocupar no es precisamente el “del entorno que dice”, porque es como pretender hacer entrar el mar en un balde.

“El entorno que dice” es como la tierra, sea como sea, entra por las hendijas, y las partículas de información que andan por el aire de la ciudad llegan hasta distintos oídos y se acumulan, sean ciertas, semi-ciertas o inciertas del todo están tan presentes como los elementos de la naturaleza que nos permiten vivir.

Por otra parte “el entorno que dice” dice, el la mayoría de los casos, sobre bases ciertas.

La militante lésbica, que no sólo hace pública su vida de lesbiana y vive de manera relajada y ciertamente feliz su sexualidad, se convierte automáticamente, para el resto de las lesbianas ocultas, en una amenaza latente y constante en el centro de los cuestionamientos y sospechas de ser quien divulga a boca de jarro quienes son las otras lesbianas.

Lejos quedan, para estas épocas, los cuestionamientos de todo el resto de la sociedad porque esa sociedad ese “entorno que dice” ya se acostumbro (de buena o mala manera) a la disidencia sexual y porque fundamentalmente con la palabra y la voz se rompió el secreto y ya no tiene gracia hablar de una situación libremente expresada por quien la vive.

El problema gira ahora en torno de “las lesbianas que no dicen” no dicen con su voz y con su palabra porque con su cuerpos, con sus miradas, con sus gestos, con su caminar, con su accionar, con su respirar, con su vivir, a gritos expresan su lesbiandad.

Exudan disidencia. A cuadras se puede ver que no son hétero aunque se disfracen de señoras casadas con hijos y esposo amoroso, domingos de misa y cumpleaños de quince, nada les borra del cuerpo el mensaje impreso desde su propio deseo por otra mujer la potencial o concreta lesbiandad en la que están inmersas.

Sus bocas permanecerán cerradas por años tal vez por toda su triste existencia pero sus cuerpos, hasta el último de sus poros, dirá a gritos sus deseos.

Ellas necesitarán poner entonces la denuncia de sus células en bocas de otras.

Ellas, las silenciosas, las ocultadoras, las maquilladas, las serias y heteromentirosas encontrarán en blanco perfecto para huir de una realidad que las atropellas, las enmudece y las ensordece.

Así las militantes expuestas, las que pretendemos dar pelea a la discriminación y a la exclusión, las que creemos que poniéndole el cuerpo al sistema lograremos igualarnos en derechos nos convertimos en una amenaza terrible para las lesbianas ocultas.

Somos una latente perturbación para las otras lesbianas que viven al filo de la realidad

Somos sus enemigas, somos las delatoras, somos las buchonas.

A la vez en esa esquizofrenia casi incomprensible, para quienes vivimos despojadas ya de tanta paranoia, las chicas ocultas, buscan encontrarse con nuestro discurso, buscan estar cerca oírnos, discutirnos, cuestionarnos pero estar cerca, desde luego en la comodidad de algún oculto espacio para que no las vayan a confundir.

A las filas de cuestionamientos y complicaciones que se tienen ya por el solo hecho de ser lesbiana en un mundo héterosexualizado debemos sumarle el cuestionamiento y juzgamiento de nuestras propias compañeras. Se cruzan de vereda y nos señalan, acusadoras, por ser visibles, por ser militantes aunque en el fondo sea simplemente por ser atrevidas y vivir felices.

De alguna manera se dividen las mismas aguas y encontramos más enemigas adentro que afuera. Encontramos más soledad en compañía de nuestras supuestamente pares que con quienes hasta hace poco nos querían borrar de la faz de la tierra.

Nos desencontramos con quienes sienten lo mismo que nosotras.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando una dice que es lesbiana, las amistades lo aceptan o no, pero ya no cuestionan. Cuando una dice que es lesbiana y lo hace visible, las incómodas, cuestionadoras, son las lesbianas que quieren permanecer ocultas en el "closet" y que no vaya a ser que al verlas con una "las confundan". Una cosa es que no puedas resolver tu homofobia, y otra muy distinta es que molestes a quienes la tienen "clara". Tengo muchas ex-amigas lesbianas que he dejado de ver por tales conflictos... es una pena, saludos, y excelente tu post!!!!

marga dijo...

como siempre, un artículo enriquecedor, un punto de vista totalmente diferente...
imperdible

me quedo con:
"Exudan disidencia. A cuadras se puede ver que no son hétero aunque se disfracen de señoras casadas con hijos y esposo amoroso, domingos de misa y cumpleaños de quince, nada les borra del cuerpo el mensaje impreso desde su propio deseo por otra mujer la potencial o concreta lesbiandad en la que están inmersas"

y a ver cuándo se termina la hipocresía...

gracias y salu2

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho tu post, porque entre otras cosas no había leído todavía una opinión parecida en toda la bollosfera. Da un poco de miedo todo este asunto de la visibilidad frente a la invisibilidad. Estaría muy bien que cada cual hiciese lo que considerase oportuno, quien quiera mostrarse tal como es que pueda hacerlo con total libertad, y quien no quiera que siga escondiendo, pero que todos pudiésemos sentirnos cómodos con nosotros mismos...Qué mierda de mundo, joder, tanta soplapollez y tanta tontería...Y tienes tanta razón en lo que dices...Pero no importa, costará lo que cueste, y al final las titis que van con la cabeza bien alta por la vida y con la verdad de frente serán las que allanen el camino a esas otras que se esconden porque viven con demasiado temor...ostras, que chapa te metí. Sorry. Gracias!!!!

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho tu post, porque entre otras cosas no había leído todavía una opinión parecida en toda la bollosfera. Da un poco de miedo todo este asunto de la visibilidad frente a la invisibilidad. Estaría muy bien que cada cual hiciese lo que considerase oportuno, quien quiera mostrarse tal como es que pueda hacerlo con total libertad, y quien no quiera que siga escondiendo, pero que todos pudiésemos sentirnos cómodos con nosotros mismos...Qué mierda de mundo, joder, tanta soplapollez y tanta tontería...Y tienes tanta razón en lo que dices...Pero no importa, costará lo que cueste, y al final las titis que van con la cabeza bien alta por la vida y con la verdad de frente serán las que allanen el camino a esas otras que se esconden porque viven con demasiado temor...ostras, que chapa te metí. Sorry. Gracias!!!!

Fiamma dijo...

La lesbiana fuera del clóset resulta amenazante.pero al mismo tiempo también es la testigo. La que hace que se pueda hablar en los medios,en la sobremesa, en los recreos del colegio.
"Viste que Sutanita es torta", " Menganita es la novia de Fulanita".
Y, a medida de que haya lesbianas visibles, se hable, haya papeles secundarios de tías, vecinas o niñeras lesbianas en las películas, haya series de lesbianas y blogs de lesbianas, iremos trazando un camino que sólo nos puede llevar a mejorar nuestra calidad de vida.
Pero "nuestra" de "todas": de las que tenemos pareja a quien besar en una esquina y de las que están todavía terrorizadas por pensar enacercarse a una mujer por el "qué dirán" ( y se "disfrazan de hétero", me encantó eso que pusiste).
Un beso

Matilde dijo...

yo siento humildemente que estas medio a la defensiva,
tus letras no dejan de ser ciertas pero yo creo que es mas simple que eso, eres lesbiana y listo.
solo a tu circulo mas cercano ha de importarle, que se jodan los demás si te aceptan bienvenidos y si no pues
mala suerte

no?


en fin, un beso


sigo leyendo

Anónimo dijo...

Gal: te tagueé para un meme de 6. Fijate en mi blog.
Besos..CAmille

Anónimo dijo...

Gal: reset lo de los memes.. Bueno resulta que lo medite y me di cuenta que no me gustan los memes.. solo las memas..jeje, bueno..las nenas quiero decir.
Asi que dejo sin efecto mi coment anterior..
Cariños para las dos..Camille

Unknown dijo...

Supongo que la peor parte se la llevan "ellas" que viven enterradas. Hacerse cargo hace que vivas como vos decís "despojada de paranoia", y que el chisme deje de tener gracia. Me encanta vivir tan suelta de cuerpo.